La reciente victoria de la izquierda en Francia ha causado un notable impacto en el panorama político del país. En las elecciones legislativas, se formó un “nuevo frente popular” que incluye a La Francia Insumisa (LFI), el Partido Socialista, los Ecologistas y el Partido Comunista Francés. Esta coalición tiene como objetivo frenar el avance de la ultraderecha representada por el partido de Marine Le Pen, la Agrupación Nacional (RN), que ha ganado terreno considerable en la primera vuelta.
El presidente Emmanuel Macron ha llamado a una unión democrática y republicana para la segunda vuelta de las elecciones, instando a los candidatos que quedaron en tercera posición a retirarse y apoyar a aquellos que puedan evitar una victoria de la ultraderecha. Además, figuras destacadas de la izquierda, como Jean-Luc Mélenchon, han enfatizado la necesidad de no permitir que RN obtenga más escaños, retirando a sus candidatos si esto favorece a la coalición antifascista.
Este movimiento de unión entre las fuerzas de izquierda y otras formaciones democráticas busca presentar un frente unido contra la extrema derecha, promoviendo un programa de rupturas sociales y ecológicas como alternativa al proyecto de Le Pen.