Ante los parcializados argumentos publicados en un reciente artículo del diario haitiano Le Nouvelliste los dominicanos reitereamos el derecho a nuestra soberanía como condición previa a nuestro compromiso con el diálogo y respeto mutuo con todas las naciones.
SOBRE LAS MEDIDAS TOMADAS
Las decisiones adoptadas por nuestro país, incluyendo la regulación fronteriza y la protección de nuestros recursos naturales, han respondido exclusivamente a la necesidad de salvaguardar nuestros intereses legítimos, tal como cualquier Estado soberano debe hacer.
El cierre de fronteras en 2023 no fue una medida “punitiva”, sino una respuesta proporcional y prudente a acciones unilaterales, como la construcción no consensuada de un canal sobre el río Dajabón (Masacre), afectando recursos compartidos que requieren cooperación binacional.
Defendemos el principio de que los recursos naturales que cruzan fronteras deben ser manejados de manera conjunta, transparente y respetuosa de los acuerdos internacionales, algo que, lamentablemente, no se respetó en esta ocasión.
SOBRE LA SITUACIÓN DE LOS CIUDADANOS HAITIANOS
La República Dominicana acoge en su territorio a más de un millón de ciudadanos haitianos, ofreciendo en muchos casos oportunidades de empleo, servicios de salud, educación y asistencia, pese a nuestras propias limitaciones económicas.
Rechazamos categóricamente cualquier insinuación de una política sistemática de persecución o violación de derechos humanos. Al contrario, los esfuerzos dominicanos en materia migratoria buscan ordenar, regularizar y garantizar la convivencia bajo el respeto de la ley.
Recordamos que todo Estado tiene la potestad de aplicar sus normativas migratorias, protegiendo su seguridad interna y su desarrollo económico, sin que ello signifique desconocer los derechos fundamentales de las personas.
SOBRE LA RELACIÓN BILATERAL
Estamos convencidos de que el diálogo es el único camino hacia la superación de las diferencias. Sin embargo, ese diálogo debe basarse en la responsabilidad compartida, en el cumplimiento de los compromisos internacionales y en el respeto mutuo de la soberanía de cada nación.
La República Dominicana ha mantenido abierta su disposición a cooperar, ayudar y trabajar con Haití en temas de comercio, seguridad, migración, medio ambiente y desarrollo fronterizo. Sin embargo, el fortalecimiento de las relaciones requiere voluntad, estabilidad institucional y capacidad de gestión de ambas partes.
Los dominicanos comprendemos profundamente las enormes dificultades que enfrenta el pueblo haitiano. Nuestra solidaridad ha sido constante en momentos de crisis y desastres naturales, extendiendo ayuda humanitaria cuando más ha sido necesaria.
Sin embargo, como toda nación soberana, la República Dominicana tiene la responsabilidad ineludible de proteger sus intereses, preservar su seguridad, y garantizar el bienestar de sus ciudadanos.
La brecha entre ambas naciones no es deseada ni fomentada por el pueblo dominicano. Por el contrario, aspiramos a una convivencia basada en el respeto, la colaboración y el desarrollo mutuo.
Para ello, es indispensable que cada parte asuma con madurez su rol histórico: construir puentes reales de entendimiento y respeto, y no simplemente discursos unilaterales.
La República Dominicana siempre ha ratificado su vocación de paz, su voluntad de diálogo y su respeto a los principios internacionales, pero deja claro que no sacrificará su soberanía ni su estabilidad interna bajo presiones o interpretaciones erróneas de su legítimo derecho a actuar conforme a su Constitución y a su dignidad nacional.
Solo mediante el compromiso, la responsabilidad y el esfuerzo compartido podremos aspirar a una isla más próspera y pacífica para todos.
Bien !
Es un derecho